Cambio de rumbo

Ya es, digamos, oficial. Para jugar en Baloncesto Badajoz Sport no basta con ser extremeño, además hay que ser bueno. Con el presupuesto de este año (de los más altos de EBA), era de esperar este cambio, los que van los domingos a la Granadilla no sólo quieren ver a los chicos de su barrio, además quieren que estos ganen, y a la mayoría, si se les pregunta, preferirán ganar con un chaval de Córdoba (aunque sea la Córdoba argentina) que perder con uno de San Roque, y los patrocinadores, más aun, se están dejando mucho dinero para que su nombre suene, y yendo terceros por la cola sonaría menos que si están luchando por los puestos de play-off.

¿Significa esto el final de una filosofía? Ni si ni no. Hay en Extremadura jugadores de más para un formar equipo competitivo, pero también es cierto que para que vengan hay que prometerles precisamente eso, un equipo competitivo. ¿Vendría Nando Vicario a jugar a BBS si se le dijese que va a ser el único con nivel de EBA? ¿Hubiese venido Fran Pérez si se le cuenta lo mismo? Por supuesto que no, hay veces en que hay que dejar el romanticismo a un lado, y más en el caso de jugadores profesionales, con una vida deportiva muy corta (cualquier jugador de EBA o LEB2 pasará al olvido en cuanto esté un año en blanco o con unos números discretos), para los que estas categorías son un trampolín.

Este cambio no es ninguna tragedia en sí, no es la mercantilización del club, pero le quita un puntito simpático, lo peor es que significará posiblemente un tiempo mejor en lo deportivo y en lo económico.